El dilema residencial: ¿vivir dentro o fuera de la ciudad?
Decir que el mundo ha cambiado en el último año sería quedarse corto. Pocas cosas nos han hecho cambiar la manera en cómo percibimos casi todos los aspectos de la vida. La seguridad, la socialización y el trabajo son los principales ejemplos del cambio tan grande al que todos nos hemos tenido que adaptar en los últimos meses debido a la pandemia.
El mercado inmobiliario no ha sido la excepción. A medida que el mundo se acostumbra a la constante redefinición de lo “normal”, el sector inmobiliario también ha tenido sus cambios, lo que ha obligado a quienes integran la industria —y a quienes buscan comprar— a mantenerse al día con las tendencias.
Ahora es más importante que nunca considerar los pros y contras tanto de las propiedades suburbanas como de las urbanas, incluida la forma en que el entorno afecta el trabajo, la socialización y el sector de bienes raíces en general. Con esto en mente, profundicemos en las tendencias que influyen en esta industria, así como las ventajas y desventajas de estas zonas.
Crecimiento hacia afuera
No hay duda, el mercado inmobiliario está de moda. Sin contar casos muy particulares como San Francisco, tanto las áreas urbanas como las suburbanas experimentan una gran demanda. Decir que una tiene más demanda que otra sería contar una historia incompleta. Sin lugar a dudas, ambas están en auge.
Sin embargo, los datos no mienten y las tendencias actuales indican un mayor movimiento hacia las zonas suburbanas. Se puede ver por la cantidad de compradores que buscan casas ahí y en áreas de menor densidad. Junto a esta creciente demanda hay una oferta limitada, pues las casas suburbanas se venden muy rápido, lo que ha creado un mercado competitivo y el aumento de precios.
Estos y otros datos pintan una imagen muy clara. Si bien las áreas urbanas no se han visto afectadas por esto, actualmente el crecimiento de las zonas suburbanas las supera. La tendencia se puede detectar fácilmente: cada vez más compradores de casas, incluidos los millennials, optan por lo suburbano.
La moda suburbana
Hay muchos factores que contribuyen a esta tendencia, pero algunos se destacan como los principales motivadores. La historia ya muy conocida de alejarse del ruido de la ciudad para vivir más cerca de la familia y los seres queridos aún es válida.
Aún así, parece que esta tendencia de mudarse de las áreas urbanas a las suburbanas se ha acelerado por la crisis sanitaria reciente y se ha facilitado por la oportunidad —cada vez más común— de trabajar de forma remota o híbrida.
Esta nueva flexibilidad en el trabajo abre la puerta a la vida suburbana, incluso entre quienes tienen empleos que usualmente demandan una presencia constante en persona. Con la capacidad de trabajar desde casa, o dividir su tiempo entre el hogar y la oficina, este nuevo tipo de trabajador puede trasladarse a áreas menos pobladas en una etapa de la vida diferente a la de las generaciones pasadas.
Los pros y contras de la vida fuera de la ciudad
Al igual que con cualquier decisión significativa, existen pros y contras de vivir tanto en áreas urbanas como suburbanas. Al final, estos aspectos dependerán de las preferencias personales, el estilo de vida y las tendencias de trabajo. Sin embargo, algunos aplican para casi todos, y se deben considerar antes de decidir vivir en un lugar o en otro.
El atractivo de las zonas suburbanas está muy relacionado con el ambiente tranquilo y silencioso que ofrecen, sobre todo cuando se contrasta con el ajetreo de la ciudad. Estás áreas también dan la oportunidad de crear una comunidad con los vecinos, lo que crea una red de seguridad, un círculo social y un poco de tranquilidad.
Por lo general, en las áreas suburbanas se puede comprar una propiedad más grande por menos dinero. Además, en esas zonas puede rendir más una inversión. Un ejemplo es la electricidad, pues es posible aumentar el valor de una casa al agregar sistemas como paneles solares.
Los entornos suburbanos también tienden a ser más seguros. Hay menos personas, lo que significa menos delincuencia.
Sin embargo, no todo es bonito. Inevitablemente los lugares de trabajo pueden quedar más lejanos, por lo que los trayectos diarios consumen más tiempo. Lo mismo aplica a la actividad de la ciudad: ir a un concierto, restaurante o distintas formas de entretenimiento requiere más esfuerzo y planeación.
Finalmente, el valor de una propiedad podría disminuir si su ubicación deja de prosperar, lo que afectaría negativamente una inversión.
Los pros y contras de las áreas urbanas
Las ciudades también tienen una gran cantidad de pros y contras que pueden influir en los compradores de vivienda. Los pros, aunque hay muchos, se pueden resumir en la conveniencia. Mientras que los contras se pueden atribuir a dos puntos centrales: el costo y la población.
Muchas personas son más felices en la ciudad. Disfrutan de las opciones y oportunidades de entretenimiento, socialización y trabajo. Vivir en una zona urbana es vivir a la vanguardia en este sentido.
Por otro lado, hay una gran competencia por viviendas y recursos, lo que dificulta el acceso y aumenta el costo de habitación, además de otros factores relacionados con seguridad y logística como el tráfico y la incidencia delictiva.
A fin de cuentas, la elección residencial dependerá únicamente de las condiciones y circunstancias personales de cada comprador, que van desde su personalidad hasta su trabajo. Pero, cada vez más personas, incluidas las generaciones más jóvenes, optan por el mundo pacífico de áreas verdes y espacios abiertos que ofrecen las zonas suburbanas.